¿Cómo influye la iluminación en nuestro estado de ánimo?

A veces nos sentimos cansados, otras veces relajados, quizá concentrados o muy activos. Las razones pueden ser múltiples, pero ¿sabías que la iluminación juega un papel muy importante? 

En efecto, la iluminación puede tener una influencia significativa en el estado de ánimo de las personas, por eso, cuando se trata de iluminar nuestro hogar o negocio, tenemos que poner especial cuidado en diferentes aspectos.  

Aquí te explicamos de qué manera la iluminación influye en el estado de ánimo y te ofrecemos una guía básica sobre qué iluminación usar según tus necesidades.  

Siempre que se pueda, luz natural 

El día cumple un ciclo de 24 horas en el cual se alternan la luz y la oscuridad. El cuerpo humano, junto con el de otros seres vivos, está habituado a este ciclo. Durante la noche dormimos, mientras que en el día nos mantenemos despiertos y activos.  

La luz natural es aquella que mejor se adapta a nuestros ciclos biológicos, por tanto, contar con ventanas es un gran acierto para cualquier espacio. La luz natural es aquella en la que nos sentimos más cómodos y plenos.  

Ahora bien, si no es posible contar con acceso a luz natural, lo mejor será que la luz artificial se asemeje lo más posible ella. Esto nos va a llevar a un concepto de iluminación con el que probablemente estás familiarizado:  la temperatura de color. 

Luz cálida vs luz fría 

Cuando hablamos de temperatura de color, nos referimos a la tonalidad que desprende una fuente lumínica.  

Se mide en grados Kelvin (K). Cuando la luz va de los 2 800 K a los 3 500 K se dice que es luz cálida, cuando alcanza los 4 000 K es una luz neutra y de los 5 000 K a los 6 500 K es un blanco frío.  

Cuando la luz es cálida, adquiere tonos amarillos, naranjas y hasta rojizos; entre más fría sea la luz, sus tonos se vuelven más cercanos al azul.  

Una particularidad de la temperatura de color es su capacidad para provocar diversos estados de ánimo en la persona. En efecto, el ojo cuenta con fotorreceptores que detectan la luz. El cuerpo interpreta, dependiendo la temperatura de color, si debe activarse o relajarse.  

Así, los tonos amarillos favorecen al descanso y la relajación, mientras que la luz blanca y azul activa el cuerpo y lo mantiene concentrado y alerta. 

¿Qué temperatura usar según el espacio? 

Si el estado de ánimo depende en gran medida de la temperatura de color, entonces, la elección dependerá también del efecto que desees crear.  

Para uso doméstico, se utilizan luces de 2 700 K a los 4 000 K, y se suelen privilegiar los tonos cálidos, aunque la luz neutra es también siempre bienvenida.  Recordemos que es la más similar a la luz natural, por tanto, la más saludable cómoda para el cuerpo humano.  

En una habitación, por ejemplo, se busca establecer un ambiente confortante, que promueva la relajación y el descanso previo a las horas de sueño. Se recomienda una temperatura entre los 2 700 y los 3 000 K. La elección va a depender de los gustos del usuario y del estilo de decoración. 

De igual manera, para una sala o comedor, la luz cálida es la más indicada. Proporciona un ambiente cómodo y una atmósfera hospitalaria.  

Solo en zonas como la cocina o el baño resulta favorable la luz neutra en su justa medida. Además de la sensación de higiene que genera, la luz fría es particularmente útil ya que son espacios destinados a la actividad: en la cocina se preparan alimentos y se lavan platos; en el baño se realizan actividades de aseo.  

En general, la luz neutra es la más apropiada para cualquier espacio en donde se pasa mucho tiempo. Una oficina que carece de muchas ventanas, por ejemplo, se puede servir de iluminación LED neutra, aunque también se puede utilizar luz blanca fría. Así puedes lograr un ambiente más estimulante para mantener a los trabajadores enfocados, alertas y aumentar niveles de productividad.  

¿Y qué hay de la intensidad lumínica? 

Otro de los factores que altera nuestro estado de ánimo. Probablemente has notado, por ejemplo, una sensación de pesadez o cansancio cuando la luz es demasiada, incluso puedes experimentar incomodidad visual o dolores de cabeza.  

Para evitar esto, la intensidad debe mantenerse en sus niveles óptimos. Los expertos recomiendan luces brillantes y más fuertes durante el día; en las tardes y noches, lo mejor será optar por una iluminación más tenue. 

La intensidad luminosa se mide lux (lx), unidad que se basa en lo lúmenes, que miden el flujo luminoso.   

Para estancias como la habitación se recomiendan niveles entre los 50 y 150lx, mientras que en salones pueden ir de 100 a 300lx. Para leer o estudiar pueden alcanzar los 500lx. 

Ahora que sabes cómo la iluminación puede afectar el estado de ánimo, toma en cuenta estos aspectos a la hora de iluminar tu hogar o negocio. Recuerda que un nivel y temperatura adecuada de luz mejora el estado de ánimo y los niveles de energía, mientras que una iluminación deficiente contribuye al mal humor y otros malestares del cuerpo.  

No dudes en contactarnos. Nuestro equipo de expertos te dará con gusto una asesoría personalizada.  

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