Iluminación difusa: qué es y cómo utilizarla.

Cuando se habla de iluminación, es común encontrarte con los conceptos de iluminación directa e iluminación indirecta, también llamada luz difusa.  

A diferencia de la luz directa, la luz difusa no llega directamente de la fuente lumínica, sino que se da a través de la reflexión con alguna superficie, como lo puede ser el techo, el piso o las paredes. Un buen uso de ella puede crear ambientes espectaculares, pero antes es importante conocer en qué consiste.  Aquí te lo explicamos y te mostramos algunos usos que se le pueden dar.

¿Qué es la iluminación difusa? 

Como su nombre lo indica, la iluminación difusa es aquella en donde la fuente lumínica queda oculta y la luz se dispersa por la habitación al reflejarse en el techo, el suelo o la pared, proporcionando un efecto difuso. 

La luz suele intervenir sobre los objetos desde múltiples ángulos, ofreciendo una iluminación más homogénea, uniforme y suave. Cuando se trata de dar claridad al espacio, nada mejor que la luz difusa, la cual utiliza un haz de luz amplio y poco definido. 

Una de las formas más comunes de iluminación difusa se logra dirigiendo la luz hacia el techo, la cual se va a distribuir en el ambiente por refracción. Se utiliza para conseguir una luz más tenue y evitar deslumbramientos, así como suavizar las imágenes eliminando contrastes y texturas.  

¿Cuándo utilizar iluminación difusa? 

Más fácil sería responder otra pregunta: cuándo no utilizar iluminación difusa, y es que sus usos son tan numerosos como versátiles. 

En definitiva, no se debe usar como iluminación puntual, es decir, para realizar tareas concretas. La luz puntual sirve para ver adecuadamente una zona particular de forma focalizada. Si utilizas de este modo la luz difusa te obligaría a forzar mucho la vista, ya que no proporciona esa clase de iluminación. 

En cambio, es una luz que suele utilizarse como luz general, es decir, para proporcionar ambiente e iluminar la totalidad de una estancia, de forma homogénea y uniforme. Es muy amigable a la vista, por lo que es recomendable para uso doméstico o cualquier espacio que invite a la hospitalidad. También favorece a un buen confort visual, por lo que servirse de ella en una tienda o armario es un gran acierto. 

A diferencia de los tradicionales focos empotrables, los cuáles también logran iluminación general, la luz difusa puede dar mayor estilo y comodidad, pues proporciona un efecto que resulta agradable a la vista.  

Ten en consideración que para lograr una iluminación difusa de forma acertada, es necesario contar con superficies blancas o muy claras, solo estos colores permuten la adecuada reflexión de la luz. 

Algunos usos particulares 

Se recomienda sobre todo en espacios amplios. Es común encontrarla, por ejemplo, en un recibidor o pasillo a través de un Kit para tira LED. Sin embargo, no es su único uso. Puedes colocar una lámpara lineal para sobreponer dentro de la habitación. Colócala justo sobre la cabecera y tendrás una línea de luz difusa que dará un ambiente cálido a la estancia, sin por ello dejar de ser funcional. 

Otro uso que probablemente desconocías: la oficina. En los espacios laborales se pasan muchas horas y contar con lámparas cuya luz tenga un elemento dispersatorio o difusor puede contribuir a un ambiente de trabajo agradable y efectivo. La lámpara Illux líneal interconectable, por ejemplo, puede ser útil en espacios colaborativos.  

Espacios públicos como halls o incluso un salón de yoga pueden enriquecerse con esta luz (procura que siempre sea cálida). Puede crear un ambiente para la meditación e introspección. 

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Recuerda que siempre puedes combinar con otros tipos de iluminación para que un espacio sea siempre funcional. 

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