En definitiva, el ahorro de energía es un asunto que cobra cada vez más importancia y la iluminación más eficiente al día de hoy es, sin duda, con luces LED. Las lámparas LED, además de consumir entre un 80 y un 90% menos de energía que las bombillas y las lámparas halógenas, duran más. Para ser exactos, se estima que su vida útil alcanza las 15 mil horas.
Actualmente en el mercado existe una amplia variedad de luces LED y es posible que no sepas cuáles utilizar para la decoración de tu hogar. No hay de qué preocuparse, aquí te ofrecemos algunos consejos para elegir la mejor opción para cada tipo de espacio.
La iluminación LED está disponible en distintos colores y temperaturas
La temperatura de color es, a grandes rasgos, la tonalidad que desprende una fuente luminosa. La luz fría desprende tonos blancos y tiende hacia el azul; por el contrario, la luz cálida adquiere tonos amarillos y naranjas. La temperatura de la luz se mide en grados K, entre más alto sea el valor, más fría es la temperatura de la luz, puedes guiarte bajo los siguientes parámetros:
Valores inferiores a 3 500 K: luz cálida
Entre 4 000 K y 5 000 K: neutra
Superiores a 5000K: luz blanca.
Anteriormente, la iluminación cálida solo podía lograrse con luces incandescentes o halógenas, ahora también es accesible con luces LED. Cabe recalcar que la tonalidad de la luz puede provocar distintos efectos y para cada espacio necesitarás una diferente.
En zonas como la habitación o la sala, es recomendable utilizar luces cálidas para crear una atmósfera cálida y agradable, que invite a la relajación y a la comodidad. En cambio, en el baño o en la cocina puedes utilizar lámparas neutras o más frías, ya que son espacios de mayor actividad. En el comedor también se recomienda usar luz cálida e incluso en ciertas zonas de la cocina destinadas para degustar los alimentos.
Flujo luminoso y ángulo de apertura
No es lo mismo la luz que vas a utilizar exclusivamente para leer un libro que aquella que va a iluminar la totalidad de tu estudio o tu habitación. Aquí hay que distinguir dos características de la luminaria que van a ser importantes: el ángulo de apertura y el flujo luminoso.
El flujo luminoso es la cantidad de luz que emite una bombilla, expresada en lumen (lm), el ángulo de apertura es la zona que es capaz de abarcar. Cuando se trata de luces para realizar una actividad en específico, como estudiar por ejemplo, se recomienda que la luz, además de mantener una intensidad suficiente, se concentre en un punto. En este caso, el ángulo deberá ser reducido.
A esta iluminación se le conoce como puntual y existen en el mercado distintas opciones de LED particularmente para leer, estudiar, dibujar o picar verduras. Recuerda que cuanto más amplio sea el ángulo, más generalizada será la luz y puede ayudarnos a cumplir otras necesidades como caminar adecuadamente en un pasillo.
¿Y qué sucede con los exteriores?
La iluminación LED exterior entra en otra categoría. Las condiciones a las que se someten las luminarias para exterior exigen ciertas características particulares. Una de ellas es la protección contra el frío, la humedad y el polvo. Esta se mide en Grados IP y puedes enterarte aquí en qué consiste y cómo se mide.
Los reflectores LED, por su importante ahorro de energía, son una excelente opción para destacar una fachada o iluminar tu evento en la terraza o jardín. Ten en cuenta que la iluminación exterior debe ser cálida, de lo contrario, puede generarse contaminación lumínica.
No dudes revisar nuestro catálogo, encontrarás todo tipo de luces LED para satisfacer cada necesidad. Ahora que cuentas con esta información, recuerda elegir la adecuada para cada espacio de tu hogar.
