Concentración y productividad: lo mejor en iluminación para oficinas.

Sonidos de fotocopiadoras, teléfonos, dedos tecleando en la computadora, la estación de café, pasos de trabajadores yendo y viniendo, el jefe dictando una junta importante... sí, nos referimos a la oficina, espacio destinado a la productividad en donde se llevan a cabo diferentes tareas. En la oficina se pasan grandes cantidades de tiempo, por eso, es importante contar con una iluminación adecuada que promueva la salud y el confort.  

Dos de las funciones más importantes de la iluminación en oficinas es, por un lado, garantizar una correcta visibilidad y, por otro, fomentar la productividad y en clima agradable para los trabajadores. Aquí te decimos algunos consejos para lograrlo y los aspectos más importantes a tener en cuenta. 

Iluminación saludable: toma en cuenta la temperatura de la luz 

Si has leído otras de nuestras entradas debes saber que la temperatura de la luz se refiere a la tonalidad que desprende una fuente luminosa. Se mide en grados Kelvin (K) y, entre más aumente, se considera que la luz es más fría. Luz cálida es igual a tonos amarillos y anaranjados, mientras que luz fría adquiere tonalidades azules y blancas. 

La luz más saludable, pues es a la que nuestro cuerpo está habituado, es la luz natural, proveniente del sol. Es por ello que se recomienda ampliamente que cualquier oficina tenga pleno acceso a la luz del día, pero, de no ser posible, lo más conveniente es que la luz artificial se asimile lo más posible. 

Así, lo más conveniente es utilizar una temperatura de luz neutra (4 000 K) para que nuestros ciclos biológicos no se alteren. Es la luz más saludable y la que produce una sensación más cómoda para poder realizar las actividades laborales cotidianas. Debe tenerse cuidado de no utilizar tonos muy cálidos, pues invitan a la relajación; en su lugar, los tonos neutros y fríos promueven la productividad y la concentración. 

Intensidad y deslumbramiento 

El nivel de iluminación es también un factor que interviene en nuestra visibilidad y forma de trabajar. Dicho nivel se cuantifica en lúmenes (lux), que refiere a la cantidad de lúmenes por metro cuadrado necesarios. 

Se considera que el nivel de iluminación idóneo para los trabajos de oficina es de 300 lúmenes (lux), aunque dependerá también de la zona. Por ejemplo, en pasillos y zonas de paso de 150 a 500 lux serán suficientes, mientras que en zonas de trabajo detallado y preciso (como de diseño) la luz podrá alcanzar hasta los 1000 lux. 

Un efecto que hay que evitar es el deslumbramiento, es decir, el brillo excesivo generado por una visión directa de la fuente de luz o por su reflejo sobre una superficie. Existen en el mercado luminarias con bajos niveles de deslumbramiento para mejorar el confort visual, fundamental en oficinas, sin embargo, también dependerá de la disposición de las lámparas: deben colocarse de tal manera que no impacten directamente en los ojos de los trabajadores y utilizar materiales no reflectantes en el mobiliario. 

Iluminación general vs puntual 

En general, la iluminación en interiores puede dividirse en dos: iluminación general e iluminación puntual. La primera hace referencia a la luz distribuida uniformemente por el espacio, mientras que la segunda se concentra en un solo punto con mayor intensidad para realizar tareas más puntuales. 

En el espacio laboral, será importante sobre todo la iluminación general, ya que se pasan muchas horas ahí, sin embargo, puede también hacerse uso de la iluminación puntual para ciertos trabajos particulares, por ejemplo, en un despacho de arquitectura.  

Para la iluminación general puedes servirte de luminarias empotrables, lámparas o tubos LED alargados que proporcionan una buena iluminación y bajo consumo. Los paneles son ampliamente utilizados en espacios laborales por su funcionalidad y eficiencia, los hay de distintos tamaños para que se ajusten a tus necesidades y preferencias.  

Puedes también usar iluminación decorativa 

Que sea un espacio destinado a la productividad no significa que la oficina esté peleada con la iluminación decorativa. Cuando se trata de recibir a un cliente o en espacios como la recepción, la iluminación decorativa puede resultar atractiva y contribuir a reforzar una determinada imagen corporativa.  

Una lámpara colgante alargada puede ser una buena alternativa para, por ejemplo, la recepción de una oficina o incluso un pasillo o sala de juntas.  

Ahora que conoces esta información, es hora de ponerla en práctica y construir una oficina funcional, donde sea agradable pasar el tiempo y que fomente la concentración y actividad. 

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